sábado, 29 de diciembre de 2012

AMOR SIN PERDON -POEMA HERETICO-


Autor:Jesús Andrés Aranda Valdés

Quien busca el perdón
o pretende encontrar a quien brindarlo
simplemente entretiene el corazón.

¿Perdonar para qué?
dejemos que perdonen los cristos y los dioses.
Sigamos nosotros el camino
sin practicar falsas poses
ni hurgar sobre el destino.

El bien y el mal son cosas complicadas
difíciles aún para la ciencia
y no somos jueces ni jurado.
Ninguna moral alambicada
convierte al hombre en ser iluminado
sino la recitud de su conciencia.

Perdona quien se cree superior
en un mundo en que todos son iguales
terminando en el mismo paradero.
Yo sólo pretendo ser mejor,
enderezo cuanto puedo algunos males
sin creerme jamás ser el primero
ni humillarme si me llaman pecador.

El que me ataca o me denigra
no es para mí un enemigo;
ante ese mis valores no peligran.
Defendiendo sus ideas o excusando sus andanzas
le permito sentirse un buen amigo
sin que albergue sentimientos de venganza.

Algunos perdonan tras sentirse muy ofendidos
o afectadas sus mundanas pertenencias
por aquéllos que hurgan en lo ajeno.
Yo a nadie doy perdón y a nadie se lo pido
pues si alguno me ve malo en su conciencia,
en el fondo tratamos siempre de ser buenos.

Y a pesar de lo enseñado
por muchas religiones
que dispensan para todo el remedio del perdón
el Gran Pensador del Universo me ha informado
que la base de lo bueno es la intención,

Que haga cada cual en este mundo
lo que mejor estime conveniente
usando el amor como acicate
que aunque algunes actúen iracundos
y a otros el odio les delate
de mí no necesitarán ningún perdón

Tan solo les diría sonriente:
tú eres igual que toda gente.
Siempre para mí serás mi hermano
latiendo con tu propio corazón.
Así que extiéndeme tu mano
¡Qué me importa si eres pecador!

Y tal vez actuando de esta forma
y rompiendo la antigua tradición
que todos tenemos como norma
sería mas útil la razón.

Y como buen discípulo martiano
y de todo heraldo justiciero,
sin poses piadosas ni altanero
gritaría al infinito del arcano:

No importa tu religión
ni tampoco tu ideología,
ni juzgo tu condición.
Tomémonos de las manos
esperando un nuevo día.

Y si en alguna ocasión
se cumple la profecía
que advoca el Juicio Final
y llega El, Elohim o Yavé
que abra este corazón
que aborrece la hipocresía
y decida como actuar
si es que quiere ser mi juez.


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