miércoles, 31 de agosto de 2011

MAS ALLA DE MACONDO

Puerto Rico no es Macondo, es algo más.
Para los que llevamos 40 o 50 años viviendo aquí, sabemos que este precioso país ha venido degenerando de un paraiso a lo más parecido a un infierno.
Se le podría echar culpas a la crisis actual, y puede haber algo de cierto. Pero detrás de la palabra crisis se esconden muchas causas y factores que nos han traido hasta donde estamos. Pero para expresarnos metafóricamente sin perder objetividad, podemos afirmar que el actual infierno en que estamos sumidos, se ha ido construyendo por legiones de angeles caidos. Durante décadas estos se han venido infiltrando de manera muy especial en los sectores de la economía y de la política, separándose cada vez más de las aspiraciones del pueblo. Con la salvedad de que los más hipócritas, déspotas y hábiles demonios de las huestes apestosas a azufre han llegado como el derivado final de un partido asimilista que se inició bajo la égida de algunos políticos que real o aparentemente tenían buenas intenciones.
Aunque desde el principio para todo buen observador era ostensible que su principal fundador pertenecía a la misma clase social que tradicionalmente representaba los mismos valores conservadores de los republicanos de antaño.
Desde entonces todo ha sido producto de una acumulación de gestiones individuales y colectivas insensatas, de parte de líderes políticos, partidos y mercaderes dedicados al usufructo egoista del poder y a la búsqueda voraz de riquezas.
Aquellos políticos que no pertenecen a la oligarquía dominante se han convertido después de todo, en cómplices de la misma.
Las consecuencias de este contubernio antipatriótico, son entre otras las siguientes:
  • La corrupción creciente en todos los niveles de la sociedad
  • Los escandolosos privilegios de los grupos gobernantes. Esto produce irritación en amplios estratos sociales e impulsa la criminalidad, como una manera de indignación por dicha situación.
  • El endeudamiento descabellado del gobierno; no solo por urgar delincuentemente en el fisco, sino también por urdimbres con Wall Street y grupos poderosos de bonistas, que han venido convirtiéndose en los verdaderos dueños de corporaciones públicas y artífices de los destinos de la nación.
  • El desempleo escandoloso que ya supera los índices de varias naciones tradicionalmente menos desarrolladas.
  • La progresiva desaparición de pequeños y medianos comerciantes, en aras de beneficiar a las grandes corporaciones multinacionales, otorgándoles enormes privilegios.
  • La descapitalización paulatina de los recursos del erario público y de los bolsillos de la ciudadania y la emigración de los recursos de inversión, ante lo que parece ser una recesión permanente en el país. Los economistas aseveran que de continuar esta situación, nuestro gobierno y nuestro pueblo, no contarán con ningún dinero para subsistir.
  • Los abusos contra los consumidores de parte de las grandes empresas y la desidia de las agencias de gobierno en la evitación de los mismos.
  • La desvergonzada escalada favorecedora a la banca, la industria de los seguros , los desarrolladores, etc, y contraria a las cooperativas, la clase obrera,  los agricultores y en fín, a los sectores más menesterosos.
  • El descaro del gobierno enriqueciendo las agencias publicitarias y promoviendo proyectos antipopulares como el gasoducto.
  • La burla ejercida con prepotencia e indignidad al negarse a respetar el mandato mayoritario de nuestro electorado favoreciendo la unicameralidad.
  • La complicidad en la imposición del llamado IVU, impuesto sobre las ventas, que realmente es un impuesto regresivo que afecta a todos los consumidores, muy en especial a los de menores ingresos.
  • Las reformas fiscal, legislativa, electoral y contributiva, entre las cuales, ni una sola mejora sustancialmente la calidad de vida del país.
  • Por último, las demostraciones tipo fascistas de ejercicios excesivos de fuerza por los cuerpos policíacos ante las protestas justas de distintos grupos de la comunidad.