LIBERACION ICONOCLASTA -POEMA-

Jesús Andrés Aranda Valdés

Es el reto prodigioso del camino
habernos arrastrado por el lodo hermoso
y fresco que holla la magistral serpiente
de los mitos ancestrales.

Y de pronto rebelarse a un triste destino,
poder romper el hechizo engañoso
que aprisionaba nuestras mentes;
para dejar que huyan
los falsos dioses y satanes.
Para exclamar con firmeza serena:
-"Aquí estoy yo, sin dudas ni ambages,
seguro en el sendero
ante las inseguridades"

Rompí en pedazos el pasado denigrante
sin pesares por haber sido su amante.
Gracias a él anduve la ruta necesaria
del bruto inocente e ignorante.

Ya cercano a la muerte indescifrable
comienzo mis pasos por la frontera radiante
tras romper todo nudo esclavizante.

Amacé con el lodo del pasado
las preciosas grandezas del conocimiento,
las maravillas portentosas de la ciencia,
lo profundo de mis grandes sentimientos
y los dejé procesando en mi conciencia.

Fué difícil acercarme para abonar
el arbol del paraíso del bien y el mal
del cual brotó la inteligencia.
El secreto para alcanzarla
es trabajar, es buscarla.
Observar sin pretensiones de grandeza,
sumirnos en la grandeza misma,
en ese interminable aprendizaje
que alcanza el amor y la prístina belleza,
dejando a un lado todo lo insignificante.

La acción de la búsqueda me anima
la voluntad es mi fé mas acuciante.

Ya confeccioné mis armaduras
con mi mente tranquila y militante.

Está limpia de dogmas,observante,
Cual zaeta que tan solo apunta
a todas partes.
Donde está lo que muchos llaman Dios,
y al mirarle por algún hueco del universo
le decimos deva, espíritu o angel.

Sentí que raudamente era movido
por una cómoda energía silenciosa y vibrante.
Por múltiples caminos estelares
tomaban ante mí, formas diferentes
una pléyade de maestros singulares.
Misteriosos maestros de voces infinitas
surgidas de una sola voz refulgente y deslumbrante.

Hoy me siento la nada
y el todo armonizante.
Me veo como el grano de mostaza
que murió en el bosque mágico y enervante.

Soy un punto en el centro de la existencia
donde todo y nada es centro ;
un átomo de luz y de vida
que vibra y transmite
su portentoso mundo de experiencias.

En mi mundo paciente
de nada soy culpable.
Aún así
me siento por todo responsable...
del niño que llora en su indigencia,
del anciano que sufre solitario,
del arbol seco abandonado en la alta sierra.

Y amándoles pasaré por la existencia
y ya no seré más esclavo de pasiones.
No iré en pos de cielos inventados
ni lucharé contra ningún pecado
procurando salvaciones o indulgencias.

Solo me dispongo a vencer
a cada instante mi ignorancia
con la convicción del presente interminable .
Y al percibir de las flores su fragancia
rendiré ante ellas mi arrogancia
y me uniré al Infinito;
a mi aliado todavía inconquistable.